lunes, 13 de febrero de 2012

Ensayo sobre un ensayo de Salvador Novo


Los mexicanos las prefieren gorditas

Por: José Agustín Canto coral



Miro la Monalisa de Botero, con su pequeña boca y sus grandes carnes. Pienso si en realidad las preferimos gorditas. Entro a google imágenes y busco más fotos de pinturas de Botero. En la titulada, el baño, una gordita –porque desde que llegue a esta ciudad he aprendido que los diminutivos se requieren- con la misma boquita tierna y mordible. A su manera, Novo no crítica los gustos sexuales del hombre, sino ese apego a todo lo norteamericano que se venía dando desde el milagro mexicano en los años cincuenta.

Apenas hace unos días, me encontré, dado que fue casualidad, a una buena amiga. Platicamos, la invite a tomar un café –que es  algo metafórico- y terminamos evitando congelarnos por el frente frío que entró esa noche. Su figura me recuerda a las de Botero. No obstante, mirando sus ojos, se me olvida el hecho de que somos carne y hueso.  Y quizá, también, grasa. Porque para amar o tener una mujer no importa el peso. Igual que, quien sabe, sabe. Y lo mismo con lo de la importancia del tamaño, que la herramienta sirve si se sabes usar.

Más, hablemos de lo que Novo crítica. Esa simbiosis que el mexicano intenta al adaptarse a la cultura norteamericana. Puede ser, que en este momento no nos quede claro; ya no sabemos donde termina lo norteamericano y lo nuestro. Con un Mac Donald´s en cualquier ciudad. Utilizando unos jeans, invadidos por el cine hollywoodense o  yendo al mall en Perisur o Loreto. Con una coca cola hasta en el rincón más remoto de la selva lacandona. Con tantos anglicismos en nuestro idioma. Con tecnologías importadas desde el país vecino.

La crítica en el ensayo leído, no se enfoca en  la forma sino en el fondo de la cosa.  La cuestión no radica en la mímesis hacía otra cultura; más bien, es hacia el alejamiento de la propia. Olvidarnos de nuestras raíces culturales, nuestro pasado histórico y la mirada particular del mexicano. Sentir vergüenza de lo que fuimos. De la lucha que ha forjado este país. En síntesis, a eso se refiere Salvador Novo, a qué es lo que representa  el ser mexicano, y  no a lo que otros creen que debería  ser el ser mexicano. Sin embargo, este dilema entraña muchas cuestiones; las cuales van más allá de un simple gusto o disgusto por la apariencia. Se precisa un reconocimiento de la identidad de un individuo en un tiempo y espacio. Saber que lo que queremos se debe a un acto reflexivo, y no a uno imitativo. Porque a partir de la imitación de otras culturas es como empieza a darse las nuevas colonizaciones. Donde nos quieren hacer creer que en esta aldea global no existe cabida para individualidades sólo para corporaciones. Sobre todo, que se nos dice que debemos ser pragmáticos y que el humanismo a dejado de ser rentable. Cuando la modernidad ha rebasado al ser moderno.

     En fin, la batalla parecería perdida. Ha sobrevivido el modelo Barbie, en la estética femenina; o la figura a lo Charles Atlas para los caballeros.  Y muchos lo traen tan enraizados que ya ni cuenta se dan de la diferencia entre la línea de lo adquirido y lo transmitido. Qué tanto se ha adquirido de la cultura –como fenómeno del comportamiento humano- norteamericana y cuanto fue absorbido de una trasmisión de nuestros ancestros. ¿Qué nos queda de lo mexicano, que –a lo Norteamérica- no se haya puesto en un stand para vendérselo al mundo? Habría que reflexionarlo.



Fin

FFyL/UNAM









Poéticas del Ensayo:



Renacimiento: ¿Cuál es la rspuesta que dará el hombre de su situación'
"El hombre es él y sus circunstancias"
Ortega y Gacet.

El punto de vista de las circunstancias.
El humanismo = el ensayo

Durante el renacimiento los intelectuales renacentistas se dedicaron al estudio de los clásicos como forma de vida. Como guía de vida. Y dentro de los ensayos que estos hombres realizaron reflexionaban sobre los problemas religiosos y sobre las guerras territoriales. Estos humanistas del siglo XVI decían que el arte era para humanizarnos. Ya que el ser humano es un ente de creación divina. Entre otras cosas, les preocupaba el exterminio de los indígenas de América, sobretodo a los humanistas del siguiente siglo, los del XVII.

Generalmente el 90 % de las batallas que tenemos en nuestra vida son contra nosotros mismos y siempre las perdemos. Como por ejemplo, trabajar o checar mi twitter. Hacer mi trabajo escolar o mejor consultar mi Facebook. Trabajar en mi ensayo o ver el súper bowl.  

No hay que vencer al medio; sino al medio dentro de nosotros. Por ejemplo: en las artes marciales no se trata de vencer a los otros sino a uno mismo. Hay que dominar al miedo.

     “El que le gana a 10 es bueno.

      El que le gana a 100 es mejor.

      El que se gana a uno mismo es mucho mejor.”

Dicho Samurai



Es que las circunstancias no deben vencerme. Hay que vencerse uno mismo. Hay que dominar las pasiones. Cuando ya no pensamos, somos víctimas de las pasiones. Sobretodo hay que controlar la pasión amorosa. En el Zen se le conoce al dominio sobre las pasiones “Pelear con los lobos”. Es decir, hacer un análisis y reflexionar, meditar sobre los pensamientos que nos martirizan, que nos afectan.



El maestro Zen y la Montaña

Había una vez un pueblo que estaba cerca de una montaña. Debido a este efecto geográfico, al pueblo no le daba el sol. Éste era obstruido por la montaña que estaba frente al pueblo. Los pobladores se quejaban de no recibir los rayos del sol. Un día llego un maestro Zen y la comunidad lo fue a ver, le contaron su problema. Y por qué no se van de aquí, dijo el maestro. Es que nuestros ancestros están todos enterados bajo esta tierra, respondieron. Los miro el maestro Zen, movió la cabeza y entro al templo a meditar. Los pobladores regresaron a sus casas. Al día siguiente vieron a través de la ventana que el maestro Zen caminaba hacia la montaña con una pala. Los pobladores le preguntaron: ¿qué va a hacer maestro con esa pala? El maestro respondió: voy a quitar esa montaña. Con insinuación de risa, le dijeron: nunca va a terminar. Finalmente, el maestro Zen responde: alguien tiene que empezar.



Aún en la época actual se da que algunos intelectuales entren al medio político o al medio mercantil. Quien no recuerda el slogan que invento Novo para una medicina contra el dolor de cabeza: Mejor, Mejora, Mejoral. Y se sabe que Gonzalo Celorio (escritor y maestro de la facultad de Filosofía y Letras por la UNAM) le hacía los discursos al ex presidente Vicente Fox.

El ensayo nos pone a prueba sobre nuestros conocimientos.

“… nosotras no buscamos al hombre perfecto… los preferimos reales”

Estudiante femenino de la carrera de letras hispánicas.

El humanismo universitario, contrario a lo que debería ser y que se pensaría, no sale de la universidad.

Se ha venido dando una sustitución del libro por las imágenes. La escritura por la foto. El humanismo está cercado en México.

martes, 7 de febrero de 2012

El Ensayo

Poéticas del ensayo:

Se puede decir que hay una denotación que habla sobre un tema, más, lo que en realidad busca el ensayo es dar a conocer al autor de una forma connotativa.
Encontramos que se trata de una radiografía intelectual de la persona que lo escribe. Representa la identidad del escritor por más baladí que sea el asunto. Nos muestra, el ensayista, los conocimientos que ha adquirido sobre cierto concepto. Pero más que eso, otorga su muy particular punto de vista apoyado por axiomas lógicos desde su perspectiva. 
A partir del siglo XVI, se da lo que la crítica ha llamado la entrada a la Modernidad. Esto con la inserción histórica del humanismo renacentista.
De aquí parte la Literatura moderna: se forma el cuento independiente como tal, la novela, la nueva poesía, el teatro y, por supuesto, el ensayo.
Ya no se hablará de los libros de caballerías sino de la novela. Del mismo modo,  si en los libros estructurados por cuentos en la Edad Media seguían una temática y estaban entrelazados, a partir de esta época se crea el cuento independiente. Ya no serán los autos de fe sino las obras teatrales. Y nacerá el ensayo con un Montaigne, y una nueva visión de la crítica literaria.
Hubo un gran cambio de paradigma: De una tradición teocéntrica pasaron a una tradición humanística (antropocéntrica). Si en el medioevo todo giró en torno a Dios, el Renacimiento pone sus ojos sobre el hombre. Con la máxima de Protágoras: "El hombre es la medida de todas las cosas", el ser humano se da a la tarea de encontrarse a sí mismo.
Esta concepción antropocéntrica significo cambiar de episteme, ahora lo sera el antropos. Como diría Terencio: "Nada de lo humano me es ajeno". El artista del humanismo se sabe a sí, y en el otro empieza a reconocerse. Este hombre renacentista confronta una crisis -desde la etimología de esta palabra, división- al sentir que la religión ya no puede ser el suntento de su intelecto. Recuérdese que es el siglo de la Reforma. En Francia, vgr. aparecen los hugonotes.    http://es.wikipedia.org/wiki/Hugonotes .
Surgen entonces dos visiones: La medieval (Dios) vs. La moderna(de hoy, del presente) (Hombre).
Pero, ¿qué significaba esto?. En la época medieval se creía en el libre albedrío, virtud otorgada por Dios. Y el hombre era responsable de utilizarla para hacer el bien o el mal. Los humanistas entienden que ese libre albedrío es la libertad que el hombre mismo se da para para llevar a cabo su acción individual o humana, y es algo que él mismo tiene, es la dignidad humana.
Representa esa libertad intelectual para opinar distinto, la libertad de poder pensar y mayor aún de pensar distinto del otro. Así, Montaigne expresa tengo esa libertad de no leer sino lo quiero. Y uno de sus asiduos y conspicuos seguidores será Cervantes.
En el ensayo, se verterá los artificios literarios para poner en juego la identidad del escritor. A base de metáforas y metonimias muestra o manifiesta una situación. Y es el mismo, cual terapia, donde a partir de un humor vedado el autor transfiere ciertos demonios de su vida.
He mencionado que el ensayo nace de la modernidad (1500-1930) se desarrolla con mayor amplitud en la llamada posmodernidad (1931-2000) y en esta ultima década es parte de la hipermodernidad (2001-2011). Es decir, la nuestra es una modernidad que rebasa al hombre, estamos en dimensiones donde ni el ser humano puede interactuar con su entorno. No obstante, no avancemos tanto, dentro de la posmodernidad se dan tres fenómenos singulares para la crítica literaria:
A) la Globalización (sobretodo con los nuevos medios de comunicación)
B) el Neocolonialismo (con la entrada en juego las nuevas colonizaciones económicas)
C) el Arte es el tema del Arte

A partir de estos tres postulados, se deben analizar los fenómenos literarios de la segunda mitad del siglo veinte y de este XXI.